30 días después de haber iniciado el confinamiento, Caldas vive casi en silencio. Recorrimos algunas de sus calles y barrios para saber cómo vive su gente el aislamiento por cuenta del coronavirus.
ABRIL 19| 2020
Las concurridas calles permanecen casi en soledad. Los viejos no se toman las sillas del parque principal y son las palomas las que buscan desesperadas a quienes las alimentaban.
Las rejas de los negocios comerciales reflejan el impacto de un virus que parece haber llegado para quedarse y el olor a café de greca no invade las mesitas que rodean su parque.