Puro humo
Nuevamente, como ya es costumbre iniciando el año, la región enfrenta y padece niveles altos de contaminación del aire que respiramos. Aunque las autoridades ambientales y los 10 municipios del Valle Aburrá establecieron un amplio protocolo para evitar episodios críticos, es urgente implementar medidas más agresivas para impedir que más personas vean vulnerada su salud por este fenómeno al que no podemos acostumbrarnos.
Desde que se puso en la agenda pública el tema de la calidad de aire en Medellín, marzo es un mes crítico debido a las condiciones climáticas propias de las lluvias y geográficas que impiden que la polución emitida por vehículos e industria abandonen el territorio metropolitano.
Sin embargo este año ese fenómeno se adelantó y desde mediados de febrero ya las 20 estaciones de medición de partículas PM 2.5 marcaban niveles altos y el Sistema de Alertas Tempranas mostraba en color amarillo, naranja y algunas en rojo.
De inmediato, como están establecidas, se implementaron algunas medidas como el pico y placa ambiental para todo tipo de vehículos, la restricción se aumentó a 6 dígitos y para los días sábados. Pese a que miles de vehículos dejan circular en horas pico, muchos conductores optan por madrugar mucho más para evadir la medida. Es decir, el impacto es solo en la movilidad más no en lo ambiental; muestra de ello es que los niveles de contaminación continúan altos pese la restricción.
#SIATAnoticias #ReporteICA de PM 2.5 para los últimos 7 días en el Valle de Aburrá @Areametropol pic.twitter.com/au8Y1aSlCm
— siatamedellin (@siatamedellin) March 3, 2019
De otra parte, las industrias que también son actor fundamental en la contaminación, se unen para tomar medidas y reducir sus niveles de emisiones. Sin embargo la zona rural de Itagüí continúa padeciendo debido a que todos los días reciben las columnas de humo negro producido de la industria ladrilleras.
En CIUDAD SUR hemos hecho seguimiento a esta problemática desde hace cuatro año. Hemos denunciado casos graves de salud a la población que vive en este sector, especialmente a niños quienes sufren enfermedades respiratorias como consecuencia de la desidia de estos empresarios, la falta de regulación y los tibios controles o medidas sancionatorias de las autoridades municipales y ambientales responsables.
Se tienen protocolos, sí. Hay un agresivo plan de siembra de árboles, también. El Ideam certificó recientemente la red de monitoreo de calidad del aire en el Valle de Aburrá, y también es importante. Pero se necesita más el compromiso de los ciudadanos para usar el transporte público, pero sobretodo medidas más drásticas para vehículos e industria; ampliar el horario de pico y placa, así como controlar más drásticamente a las empresas que aún emiten gases contaminantes.
Sin decisión política seria y contundente en el corto plazo, el resto de medidas no surtirán efecto y solo serán humo.