Nacimiento del río Medellín también se seca


Alejandro Calle Cardona

Medio Ambiente / febrero 1, 2016

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El cauce del nacimiento del río Medellín-Aburrá está disminuido hasta en un 40% por cuenta del fenómeno del Niño que azota al país. Pese al triste panorama, a lo largo del recorrido por la vereda La Clara, en Caldas, se puede evidenciar que algunas personas lavan sus vehículos en las aguas del afluente. Las autoridades anunciaron medidas, pero al parecer no son suficientes.

El intenso calor provoca que el número de visitantes a la reserva del Alto San Miguel aumente, especialmente los fines de semana. A pie, en bicicleta, en bus, en moto o en carro particular, llegan decenas de personas, muchas de ellas con sus mascotas para disfrutar del sector Las Lagunas y las cascadas, las mismas que ya no tienen la misma fuerza por la falta de agua.

El cauce del nacimiento ha disminuido en las últimas semanas. Lo que eran caudalosas aguas cristalinas se reducen con el paso de los días a un pequeño arroyo rodeado de millones de piedras que conforman largos caminos utilizados por deportistas extremos. “¡Impresionante! Nunca había visto el nivel tan bajito, creo que está a la mitad de lo que era antes”, lamentó don Raúl Fernández, asiduo visitante de la reserva. Situación similar se vive en la quebrada La Valeria, también en Caldas y la cual surte a acueductos veredales.

Según el Ideam y el Gobierno Nacional, lo peor del fenómeno del Niño está por venir, por lo que se espera que los niveles del cauce disminuyan mucho más, poniendo en riesgo el suministro de agua a centenares de habitantes, tal y como sucede en el municipio vecino de La Estrella.

 

Pactos y contaminación

Hace dos semanas las autoridades de Caldas, Medellín y el Área Metropolitana visitaron el Alto de San Miguel y anunciaron un plan para proteger y recuperar esta importante reserva natural.

Entre los componente del pacto se encontraban la prohibición de la tala de bosques nativos, realizar fogatas en sitios diferentes a los establecidos en las áreas de camping, las quemas de vegetación, la disposición de residuos inorgánicos, la extracción de material de playa, el ingreso al refugio de animales domésticos, el ingreso de vehículos y equipos de sonido, así como la utilización del espacio para vallas de publicidad.

 “Queremos recuperar la reserva para todos, hacer senderos ecológicos y esperamos que en poco tiempo sea declarada como zona protegida”, indicó Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana.

 

Sin embargo, CIUDAD SUR pudo constatar a simple vista que la mayoría de estos puntos no se cumplen. Ingreso y lavado de vehículos, así como de algunos perros a las aguas de la quebrada, extracción y comercialización de madera. Pero quizá lo más preocupante son las basuras arrojadas en las ladera de la quebrada.

Incluso, un grupo de jóvenes de Caldas se propusieron adelantar cada mes una jornada de limpieza, logrando recoger, solo en tres horas cerca de diez costales de residuos abandonados por los turistas. Botellas, preservativos, pañales y hasta sillas de carros, fueron encontradas por el colectivo impulsado por un medio alternativo local.

“Es muy triste ver que la gente no cuida la naturaleza y en especial en estos tiempos donde vemos las consecuencias de la irresponsabilidad humana. Por eso queremos hacer estas jornadas para que la gente tome conciencia, pero necesitamos el compromiso de todos”, comentó Laura Vergara Toro, habitante de Caldas.

El número de caminantes y ciclistas aumenta al correr de la mañana, los mismos que se topan en la trocha con motos y algunos vehículos que terminan algunos parqueados en las playas y zonas verdes. El ambiente familiar es evidente, pero los daños al medio ambiente se niegan a desaparecer a la espera de controles permanentes de las autoridades.

Alejandro Calle Cardona

@prensaciudadsur