Estamos acabando con los titís cabeciblancos: alerta por aumento de casos atendidos en el Valle de Aburrá

Entre diciembre de 2024 a lo que va de febrero de 2025 han ingresado 14 de titís cabeciblancos, el triple de lo que ingreso hace un año durante el mismo período. Esta especie es endémica de Colombia, enfrenta una grave amenaza por la pérdida de su hábitat y la captura ilegal para su comercialización como mascota.


Ciudad Sur

Medellín / febrero 28, 2025

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Según el Área Metropolitana, los casos ingresados al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de fauna silvestre evidencian las dramáticas consecuencias del cautiverio al que son sometidos estos primates. La entidad dio a conocer las condiciones en las que llegan estos animales y sus graves consecuencias.

Algunos llegan con signos de enfermedad metabólica que les impide desplazarse normalmente, incluso por esta enfermedad, sus huesos se vuelven blandos y flexibles, con múltiples facturas en sus patas, columna y cola. Estos primates llegan muy delgados, con signos evidentes de desnutrición que se pueden ver reflejados en su pelaje opaco y áspero, a causa de la dieta inadecuada que consumen durante su cautiverio.

La mayoría llegan al CAVR con sus colmillos recortados o limados, una práctica cruel que les impide alimentarse adecuadamente en su hábitat natural, ya que sus dientes son esenciales para esta función. Además del dolor generador, esta mutilación también los deja vulnerables a infecciones en su cavidad oral, lo que puede generar graves problemas de salud e incluso poner en peligro sus vidas.

“Reiteramos el llamado urgente a la ciudadanía para rechazar la tenencia de fauna silvestre como mascota y denunciar cualquier actividad relacionada con su comercialización ilegal”, dijo Paula Andrea Palacio, directora de la entidad ambiental.

Debido a su fuerte vínculo materno-filial, las crías de tití cabeciblanco permanecen muy cerca de sus padres durante sus primeros meses de vida. Esta dependencia los convierte en víctimas fáciles del tráfico ilegal, ya que los traficantes suelen matar a los padres para arrebatarles sus crías.

Es decir, la llegada de crías infantiles o juveniles a los centros de rescate es un indicador de que sus padres fueron asesinados.

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