Así vive Romeo, el primer gato con marcapasos en Colombia


Alejandro Calle Cardona

Medellín / octubre 15, 2020

COMPARTIR


Romeo Aslan, un gato de raza Maine Coon de 10 años, se convirtió en el primer felino en Colombia y uno de los pocos de América Latina en el cual se implantó un marcapasos. La intervención se realizó a principio de año en la Clínica Veterinaria del Ces en Medellín. 

Han pasado ocho meses desde que se conoció en Colombia la primera cirugía de implante de marcapasos a un gato. Sí, al primer felino del país que se sometió a una intervención quirúrgica de este tipo.

La intervención se realizó el 24 de enero, luego de que Romeo padeciera una patología cardíaca que lo afectaba desde tiempo atrás. La cirugía, única en su tipo a esta especie, fue practicada por médicos veterinarios del Centro de Veterinaria y Zootecnia (CVZ) de la Universidad CES y, de manera atípica, por cardiólogos de salud humana de CES Cardiología, otra unidad de servicio de la institución.

El equipo de 12 profesionales entre neurocirujanos, cardiólogos, electrofisiólogos y otros, intervino un bloqueo auroventricular de grado 3, es decir, una interrupción de los impulsos eléctricos de las aurículas a los ventrículos.

¿Cómo está Romeo?

Después de los nueve meses de la cirugía en la cual se implantaron electrodos en el corazón del animal por medio de una toracotomía, Romeo está en condición normal sin presentar ningún sincope de enfermedad cardiovascular. En su última revisión los médicos notaron que aumentó de peso y recuperó pelaje cubriendo las cicatrices de la cirugía.

En la última revisión de Romeo y mediante ecocardiografía y electrocardiograma se determinó que tenemos estabilidad en la funcionalidad del marcapasos y que no se han desarrollado complicaciones. Su corazón está trabajando muy bien y de manera adecuada”, detalló la doctora María Adelaida Mejía Durango, médica Veterinaria y Zootecnista de la Universidad CES.

Para la familia de esta especie felina, la reacción de Romeo cambió sin duda después de la cirugía. En el día a día el animal le madruga a la comida, comparte juego con Chester, el otro gato de la casa; se acicala, se asolea en el balcón o una ventana, no perdona la siesta y acude a las caricias. Eso sí, cada dos meses cumple una cita con el cardiólogo en el CVZ, se somete en cada revisión a un electrocardiograma y un ecocardiograma y no falta donde el nefrólogo.

“El comportamiento de Romeo no ha cambiado mucho, lo único es que no le agrada mucho que le acaricien el lado donde tiene instalado el marcapasos. De resto sigue siendo el mismo Romeo contemplado, mimado, juguetón, hambriento y en general está muy bien, feliz. El CES se comportó de una manera muy increíble con nosotros, sentimos que hacemos parte de la familia CES”, expresó María Clara Orrego, propietaria del animal.

El Centro de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES adelanta gestiones con un paciente en Bogotá para practicar la segunda cirugía de implante de marcapasos en un gato a nivel nacional. Esta sería la tercera intervención de este tipo a un animal doméstico, toda vez que, al igual que Romeo, en la capital fue intervenido un canino.