Diego Armando madrugó como cada quince días, los domingos, a hacer deporte. Sentado frente a un supermercado de Envigado, esperaba ansioso a que llegara su gran amigo, su tocayo, Diego o Juan Diego, para montar bicicleta juntos. Pero además, según él, “coordinar los voluntarios de Juan Trochas”, quien hace cinco años creó a Corporación Te Llevamos para regalarle el placer de sentir la sensación de pedalear por cuenta propia.
PUBLICADO 2 DE SEPTIEMBRE 2016
A sus nueve años, Juan Diego Álvarez Upegui recibió de regalo su primera bicicleta, era vino tinto, de hierro, pesaba mucho, recuerda. Entre risas relata que lo primero que hizo fue rasparla y pintarla de blanco, pero su color favorito se diluyó con la primera lluvia puesto que la pintura era a base de agua. En 1992 decidió practicar el ciclismo como deporte, pero catorce años después se dio cuenta, según él, que no era tan bueno como ‘Rigo’, Mariana, Oquendo o Ramírez.
Tomó la ruta del ciclismo de aventura y turismo, para luego combinar su amor por las bicicletas con su pasión por la televisión. Llegó a Telemedellín para producir Trochas, programa de alta audiencia que le permitió darse a conocer, recorrer varios lugares de Antioquia y promover la ‘biciclutura’. Pero su travesía más grande estaba por llegar.
En 2011, tras la invitación de una fundación de la ciudad, Juan debía encontrar la manera de llevar en bicicleta a un hombre de 40 años con movilidad reducida. “Revisamos qué había en el mundo y encontramos que en México, algunos universitarios crearon ‘paseo a ciegas’ para personas con limitaciones visuales. Quisimos hacer algo similar y con una bicicleta doble podíamos lograrlo”, recordó Juan.
Aunque Te Llevamos nació el 1 de septiembre de ese año, solo hasta 18 de diciembre tuvo su primer reto. Se trataba de Marcelo, quien sufría de esclerosis múltiple y tras asegurar bien sus pies en los pedales, Juan comenzó a pedalear y luego, Marcelo también. Juntos recorrieron el barrio Laureles en una bicicleta prestada por el ciclista Mauricio Ardila, los dos, juntos, pedaleando.
La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta los impulsos nerviosos del cerebro y la médula espinal, dificultando la movilidad de brazos y piernas, pero las de Marcelo se movían al compás de los pedalazos de Juan. La prueba terminó y la familia de Marcelo lo ayudó a bajar, tomó su bastón y caminó hacia su compañero de viaje, lo abrazó y le confesó que nunca se había imaginado montando en bicicleta. Ninguno pudo contener el llanto y Juan sintió que algo había cambiado en su vida.
A partir de allí comenzó la travesía para conseguir la primera bicicleta de Te Llevamos y tras varias donaciones y ayudas, el 22 de enero de 2012 el objetivo se cumplió. Hoy la Corporación cuenta con algo más de 45 bicicletas entre bicisillas (un prototipo de bicicleta con silla de ruedas), bicicletas dobles, tridobles, entre otras, guardadas en Ilumineco de Itagüí y Consumo de Envigado, empresas que decidieron apoyar la iniciativa.
“Han sido cinco años muy duros, donde nos hemos dado cuenta que pocos ayudan, que vivimos de promesas en promesas por parte de los alcaldes; no tenemos sede propia y aún estamos esperando que el Alcaldía de Envigado nos defina una. Sin embargo hemos encontrado apoyo en los voluntarios, en algunas empresas y en la fuerza de quienes se benefician”, indicó.
A la fecha Te Llevamos cuenta además con 25 voluntarios, número que varía de manera constante propio del voluntariado, quienes han hecho 800 viajes con personas en situación de discapacidad en Navidad, Hallowen y las ciclovías. “La intervención no es solo para la persona con discapacidad sino para quien decida llevar a alguien porque desde el primer pedalazo siente algo especial, es una cadena de sensaciones que transforma la vida de ambos”, advierte Juan, mientras saluda a todo a quien lo reconoce. “¡Trochas!”, le gritan.
Quienes están más cerca de él, como Nidia Arango, una enamorada de la Corporación desde hace un año, aseguran que “Juan es un niño con un corazón gigante que tiene demasiado amor para dar”. Tal vez por eso Juan Trochas no renuncia a su lucha, pese a que cada pedalazo se hace más duro; insiste en el apoyo de la empresa privada como Bancolombia, la cual ha donado algunas bicicletas, pero en especial de las entidades públicas.
Sueña con llevar en sus bicicletas a los abuelos que permanecen en los asilos de Envigado, Sabaneta e Itagüí y una sonrisa se dibuja en el rostro al explicar que diez minutos de paseo a quien permanece en el olvido en un hogar ajeno, sería el mayor regalo que podría darle a quienes ya enseñaron todo en su vida.
Mientras eso ocurre Juan continúa alistando el próximo viaje; revisa que las punteras amarren bien los pies de quien dará el bicipaseo y se asegura que el acompañante esté listo. Impulsa la bicicleta y ve cómo, una vez más, dos vidas cambian en cada pedalazo. De la nada aparece Diego Armando, quien dice que es el ayudante de Te Llevamos. “¡Llegaron los voluntarios de Juan Trochas!”, grita. Y Juan, de nuevo, se echa a reír.
Alejandro Calle Cardona
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