Relleno El Guacal continúa en el limbo
Aún es incierto el futuro del relleno sanitario ubicado entre Heliconia y San Antonio de Prado. Aunque la Alcaldía de Envigado asegura que no va a renunciar a su reapertura y que no ha encontrado una respuesta por parte de Corantioquia, la Entidad ambiental aclaró que no ha recibido una solicitud oficial para modificar la licencia. La movilidad sería el principal obstáculo para la viabilidad del proyecto.
Tras la clausura en octubre de 2015 del vaso norte de este relleno por haber culminado la vida útil de sus 5,7 hectáreas, los costos del traslado de los desechos al relleno La Pradera en el municipio de Donmatías alcanzan los 180 millones de pesos mensuales solo para Envigado, municipio responsable de su operación. Pero son 23 localidades del Valle de Aburrá, Occidente y suroeste antioqueño que se declaran afectadas.
Ante esto, la gerente de proyectos Especiales de Envigado, Luz Marina Aristizábal, aseguró que no van a renunciar a la rehabilitación de El Guacal, con o sin modificaciones a la licencia actual. Advirtió que de lo contrario el Valle de Aburrá podría sufrir una emergencia sanitaria.
“La comunidad no ha entendido lo grave del problema. La Pradera tiene 114 requerimientos de la Entidad ambiental y si este relleno se llega a cerrar, tendríamos una grave crisis de basuras porque no tenemos a dónde más llevarlas”, explicó.
Proceso
La Corporación ambiental Corantioquia sancionó a la Empresa de Aseo de Envigado, Enviaseo, en 2013 tras comprobar varias infracciones ambientales tal y como la contaminación de fuentes hídricas y el suelo; es decir, el objetivo planteado en el parque industrial no se estaba cumpliendo a cabalidad. Además, su director Alejandro González indicó que la solicitud para ampliar la capacidad del vaso norte clausurado fue negada por inconveniente.
Pero la Alcaldía de Envigado se queja porque pese a las modificaciones en el proyecto para habilitar el vaso centro de 11,6 hectáreas, asegura que no han recibido un trato igualitario a La Pradera. “No hemos logrado tener la afinidad técnica con Corantioquia para encontrar una salida viable como lo es el manejo de residuos sólidos a través de la compactación en lugar del enfardado. Esto reduciría los costos de operación”, indicó Aristizábal.
Pero González advirtió que el Municipio no ha presentado el estudio requerido para la modificación de la licencia para este nuevo vaso; “ellos aún no han iniciado ningún trámite y por eso no podemos saber cuál es el futuro de El Guacal”.
Actualmente, según explicó Corantioquia, el vaso norte continúa su proceso de clausura, es decir, se avanza en el drenado de los lixiviados, la estabilización de los taludes, la recuperación de las fuentes hídricas y del suelo, así como su capa de vegetación.
Suroeste, la otra alternativa
Desde el cierre de El Guacal, los vehículos que transportan los residuos deben recorrer por lo menos 70 kilómetros más hasta La Pradera y regresar a la ciudad, generando mayores costos para los usuarios y problemas de contaminación atmosférica, a gravando la calidad del aire en el Valle de Aburrá.
¿Pero cuáles son las alternativas? Pese a que el gerente de Empresas Varias, Jorge Lenin Urrego, aseguró que Pradera tiene vida útil de 15 años más, recomendó que se abran otros rellenos sanitarios lo más pronto posible. Precisó que en el último año aumentaron en 173.200 las toneladas de residuos depositadas allí y la idea es hacer un mejor manejo de este material en cada municipio, para que aumente en cinco años más el tiempo de capacidad de ese lugar.
Por su parte el concejal Bernardo Alejandro Guerra Hoyos, quien coordinó la comisión accidental que analiza la situación de El Guacal, pidió que se revisen los predios sugeridos en el Suroeste antioqueño donde antes se realizaba explotación de carbón, para adecuar un nuevo relleno sanitario.
Indicó además que es necesario que comiencen a usarse contenedores en las grandes compañías para hacer un mejor manejo de residuos, con el fin de que no se generen problemas ambientales como los denunciados en El Guacal. “No se puede permitir que se sigan llevando lixiviados a las fuentes hídricas como pasó en Heliconia y que afectaron las cuencas del Aburrá”, enfatizó Guerra.
Aunque la opción del predio de Titiribí es viable, y mucho más aún con la construcción del Ferrocarril de Antioquia que tendrá dentro sus propósito el transporte de residuos, la Alcaldía de Envigado aclara que no va a renunciar a la opción de reabrir El Guacal al explicar que ya se corrigieron los errores que se cometieron en el pasado, pero lamentó el Gobernador de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez no haya cumplido la promesa de apoyarlos con este proyecto.
Por su parte desde el movimiento social No Más Guacal de San Antonio de Prado, continúan realizando plantones, protestas y foros para oponerse a que se rehabilite el relleno sanitario. “No podemos permitir eso porque la afectación ambiental y social está demostrada. No tenemos vías para soportar esa carga en el corregimiento, trece personas murieron atropelladas por esos vehículos y la contaminación a las quebradas fue comprobada”, explicó Carlos Garzón, vocero del movimiento.
Precisamente la movilidad podría ser el mayor obstáculo para rehabilitar El Guacal. Según el director de Corantioquia, Alejandro González, este es uno de los requisitos fundamentales, pero no está clara cuál será la alternativa. “Los habitantes de San Antonio de Prado les preocupa mucho el tránsito de los vehículos que transportan los residuos por su casco urbano y aunque hay trazada una vía alterna, la Alcaldía de Medellín no la incluyó en este plan de desarrollo”, advirtió.
Actualmente en El Guacal funcionan las unidades de compostaje y de residuos peligrosos. Mientras continúan las protestas de la comunidad del corregimiento, la Alcaldía de Envigado espera que en las próximas semanas el proceso en Corantioquia continúe a la espera de que sea otorgada la licencia que posibilite habilitar la unidad de residuos sólidos. Sin embargo, su futuro no parece estar claro.
Cristina Monsalve Granda
Camila Carvajal Restrepo