Se cumplió un mes del deslizamiento que afectó a 135 familias en este barrio de Itagüí. Hasta ahora nadie se ha hecho responsable por la pérdida de enseres y vehículos. Los habitantes aseguran que las deudas y el temor a una nueva emergencia les robó la tranquilidad.

PUBLICADO 19 DE OCTUBRE 2022

Julián Restrepo fue uno de los más afectados del deslizamiento en la noche del 19 de septiembre, cuando parte de la montaña se vino abajo, entró al barrio y cubrió con lodo y palos varias viviendas, carros y todo lo que encontró a su paso.

Han pasado 30 días desde aquel momento en que sintió que lo perdía todo. Aunque no hubo fallecidos ni heridos de gravedad, asegura que las consecuencias económicas y psicológicas han sido graves para él y otros de los habitantes más afectados.

Camina por las calles de su barrio que aun tienen rezagos del lodo. Señala su casa que pudo terminar sepultada porque la avalancha alcanzó los dos metros. “La alcaldía ya hizo algunas obras en las viviendas con mayor riesgo, pero no hemos podido regresar. Estamos pagando arriendo en otras casas porque el subsidio no alcanza y seguimos pagando las deudas de los bancos y los servicios públicos”, dice Julián.

Como su familia, otras nueve tuvieron que ser evacuadas de manera temporal por el alto riesgo ante la posibilidad inminente de otro deslizamiento y mientras las autoridades locales realizan las obras de mitigación para evitar una nueva emergencia, tal y como lo anunció la Alcaldía de Itagüí.

A un mes de la emergencia, inician trabajo de mitigación en Villa Lía

Precisamente esa incertidumbre y el recuerdo de aquella noche de tragedia, le han impedido recuperar su sueño y tranquilidad, asegura que su vida le cambió totalmente. “Los aguaceros de estos días han sido muy duros y uno se despierta pensando que va a volver a pasar lo mismo. Yo desde hace un mes no duermo tranquilo, es como si la vida se hubiera detenido en ese día y no me quiero imaginar lo que pasa con las familias que permanecen en la zona”, dice Julián.

Por ahora las 135 familias afectadas tratan de recuperarla cotidianidad de sus vidas gracias a la solidaridad de personas y empresas que han donado enseres y electrodomésticos. Las labores de limpieza aún continúan un mes después, tiempo en el que nadie se ha hecho responsable de lo sucedido ni de los daños económicos causados.

Aunque inicialmente el alcalde José Fernando Escobar aseguró que la emergencia fue causada por el daño en la tubería de Cervecería Unión, un informe de Corantioquia estableció que la avalancha fue producto de la acumulación de aguas debido a las lluvias y la inestabilidad del terreno. Los habitantes de Villa Lía ya habían advertido meses atrás del riesgo, pero nadie los escuchó. Hoy viven las consecuencias.