Durante estas fiestas, un grupo de empresas del sur del Valle de Aburrá contratan personas para avistar globos de mecha y evitar que provoquen incendios. En los últimos años estos artefactos han generado pérdidas hasta 10 mil millones de pesos.
POR ALEJANDRO CALLE CARDONA
Soreni y Amador tienen varias cosas en común. Son dos jóvenes que no superan los 30 años, ambos llegaron a Medellín provenientes de Ituango y el Urabá antioqueño, respectivamente, en busca de nuevas oportunidades. Lo que nunca se imaginaron es que se dedicarían a un oficio particular y algo extraño: cazar globos de mecha en los techos de una de las empresas más importantes del país ubicada en Envigado.
Sí, ellos, al igual que otras 118 personas, tienen la misión por estos días de festividades de avistar los tradicionales globos de papel y evitar que, de caer en las instalaciones del Centro Comercial Viva y demás sedes de la cadena de almacenes, se genere un incendio. Los “globeros”, como se les conoce, nacieron hace 12 años como una necesidad en las industrias del sur del Valle de Aburrá.
La noche del 24 de diciembre de 2008 fue trágica para el Grupo Éxito y la industria de la región. Un globo cayó sobre el techo del centro de distribución Las Vegas y las llamas se expendieron rápidamente acabando con las bodegas y toda la mercancía almacenada. Los organismos de socorro trataron de sofocar el incendio, pero no tuvieron éxito y las pérdidas fueron multimillonarias.
Pero no ha sido el único caso. En cada temporada decembrina este tipo de artefactos, elevados en muchos barrios y fincas en medio de las celebraciones, generan pánico y emergencias no solo en zonas rurales sino en las urbanas. Viviendas, caballerizas, cultivos, zonas verdes y empresas han resultado afectadas a pesar de las campañas de sensibilización y prohibición por parte de las autoridades. Según ProSur, los daños ascienden a 10 mil millones de pesos en los últimos años.
Por eso, esta entidad, que reúne a las empresas del Sur del Valle de Aburrá, cada año presenta su campaña “Celebra a la bien”, en la que se invita a celebrar la Navidad sin pólvora y sin globos, siendo estos últimos el enfoque especial de la estrategia este año.
“Activamos todos los planes de gestión de riesgos de las empresas del nuestros municipios para evitar accidentes con los globos. Pero también enfocamos la campaña este año a los dos tipos de globeros, con 32 comunidades que tradicionalmente elevan los globos y con las empresas que tienen a personas para avistarlos”, explicó Carlos Viviescaz, director de ProSur.
CON LA MIRA EN EL HORIZONTE
Soneri recorre el costado norte de la terraza del complejo comercial, mientras que Amador hace lo propio en el costado sur. Ambos permanecen con la mirada fija en el horizonte, divisando cada rincón de las montañas y atentos a cualquier movimiento en el cielo. No es fácil mantener la atención durante 12 horas bajo un fuerte solo o en la fría noche.
En ocasiones ataca el sueño, los pensamientos, los recuerdos y hasta hay tiempo para soñar despiertos en el futuro que cada uno quiere. Ambos confiesan que esta es la mejor oportunidad que encontraron para tener las posibilidades que no encontraron en sus pueblos natales. Cuando hablamos, era la tarde previa a la alborada y el turno terminaría a las 6 de la tarde, por lo que iban a recibir diciembre con sus familias, pero saben que no estarán con ellas en las celebraciones de Navidad o año nuevo.
“Aquí estamos cinco ocho por si hay un alfa cero”, dice Amador en códigos que solo entiende él y su superior, Deibi Muñoz, coordinador regional de Gestión del Riesgo del Grupo Éxito. Cinco ocho, es estar atentos; alfa cero es avistamiento de globo; un alfa uno es la caída de un globo apagado, el alfa dos es la caída de un globo encendido pero que es controlado, y el alfa tres, es cuando el incendio se sale de control. Una situación que no se ha presentado desde que se contratan globeros.
“Llevamos doce años con este plan que hace un análisis de vulnerabilidad y riesgo frente a globos de mecha incandescentes y la quema indiscriminada de pólvora. Este año contratamos 120 personas para avistar globos y hacer una alerta temprana para evitar accidentes porque ahora hay globos más grandes y con pólvora. Entre todos creamos una red para estar comunicados y avisarnos para evitar incendios”, explica Muñoz.
Y no es un juego, los globeros iniciaron labores el pasado 15 de noviembre e irán hasta el próximo 13 de enero. Solo hasta las 6 de la mañana del pasado viernes 30 de noviembre ya se habían avistado 232 globos. Aunque no se tiene la cifra de los elevados durante la alborada, uno cayó en la terraza del centro comercial, pero fue controlado de inmediato por los cazadores de globos.
El sur, además de tener zonas críticas para quemar pólvora y elevar globos, la topografía del valle genera la corriente de aire sea de norte a sur; es decir, todos llegan a nuestros municipios. Carlos Viviescas, director de Prosur, explicó que sólo el año pasado avistaron más de 11 mil globos en temporada decembrina, solo en el Aburrá Sur, pero gracias a la labor de los globeros que se implementan en varias empresas se evitaron incendios.
Faltan las noches más críticas durante la celebración del Día de las Velitas, Navidad y Año Nuevo. Aunque las autoridades claman por no utilizarlos, los globos invadirán el cielo del sur y mientras unos festejarán que el rombo de papel se eleve impulsado por el fuego, Soreni, Amador y los demás cazadores de globos estarán atentos para evitar que alguno arrase con todo. Así que si va a elevar uno, piense en todo lo que puede ocasionar.