La Tablaza: “ni de aquí ni de allá”


Alejandro Calle Cardona

Caldas / mayo 26, 2019

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Para quienes no habiten la zona, es normal pensar que esta conurbada vereda sea territorio de Caldas. Los residentes más longevos aseguran con vehemencia y evidente conocimiento que viven en La Estrella, mientras que algunos jóvenes dudan, guardan silencio y sonríen. Prefieren no arriesgarse para no equivocarse.

POR: JULIANA VÁSQUEZ POSADA | 26 MAYO 2019

1993 está grabado en la memoria de la familia Cardona. Fue el año en el que llegaron a vivir a La Tablaza, su casa queda apenas cruzando la calle de la iglesia Santa Isabel de Hungría en toda la centralidad de esta vereda. De eso han pasado ya 25 años, tiempo en el que, aseguran, nunca se han sentido como parte del municipio de La Estrella. Ellos, como la mayoría, se sienten habitantes de Caldas.

Según datos históricos de la Administración Municipal, esta vereda de La Estrella nació como un pequeño caserío que congregaba a familias agricultoras o que transportaban maderas por el río Medellín. Luego el lugar se convirtió en la sede de lujosas mansiones de familias adineradas hasta que, en 1 913 con la llegada del Ferrocarril, empezó a poblarse con inmigrantes provenientes principalmente del Suroeste antioqueño.

Su ubicación en zona rural, pero además en medio de la antigua vía que comunicaba a Medellín con el Suroeste y el Occidente colombiano, hizo que durante décadas La Tablaza sea reconocida por propios y visitantes como un territorio de Caldas y no de La Estrella. Cuestión de cercanía, pero reforzado por las rutas de transporte que por allí transitan.

Marisol, la hija mayor de la familia Cardona, estudió en un colegio privado de Caldas y posteriormente hizo su pregrado en la Universidad Lasallista, porque la cercanía con la centralidad de este municipio le facilitaba su formación académica: “en bus me demoraba 5 o 10 minutos para ir al colegio o a la universidad, por eso nunca fue una opción para mis papás buscar un colegio en La Estrella”.

La permanencia de esta familia, como la de muchas otras, se limitó durante mucho tiempo a un asunto de pernocta, “todos salimos a estudiar, a trabajar y hacer nuestras vueltas y a La Tablaza no venimos sino a dormir. Y durante el día, la única que permanece en La Estrella soy yo porque la empresa en la que me empleé tiene sede ahí, pero de resto, cualquier trámite urgente lo hacemos es en Caldas o en Medellín”, aseguró Marisol.

Recientemente la Alcaldía de La Estrella inició la construcción del parque ambiental Miraflores, el primero de este tipo en zona rural del municipio. Aun cuando estará ubicada mucho más cerca de la vía Variante que del casco urbano, con esta obra y algunas ya hechas en los últimos años, la Administración espera deshacer un abandono histórico y propiciar espacios de encuentro para los más de 25mil habitantes que tiene actualmente La Tablaza.

Dicho crecimiento poblacional se ha hecho evidente con la construcción de edificios y unidades residenciales, haciendo más evidente la necesidad de obras de acueducto y mejoramiento de vías. Pero espacios de encuentro e integración no es lo único que le ha faltado a esta comunidad, pues “accedemos mucho más rápido y fácil en Caldas que en La Estrella a cualquier servicio que necesitamos, por ejemplo, para comprar cosas y hasta para ir al médico”.

TRANSPORTE, EL ‘TALÓN DE AQUILES’

Uno de los temas que más reclaman los lugareños es el transporte y no porque sea difícil llegar o salir de allí, pues la frecuencia de los buses de Caldas que van hasta el Metro o hasta el centro de Medellín es continua y con horarios bastante extendidos. Situación que no pasa con ninguna de las rutas de La Estrella que, aunque sí transitan por La Tablaza, no lo hacen con la misma regularidad.

“Por esta vía pasan tres buses de La Estrella, uno que va para el parque, otro que pasa por Pueblo Viejo y el que va hasta La Minorista. Pero las probabilidades de que uno coja uno de esos y no uno de Caldas es casi nula, porque se demoran mucho para pasar, en cambio los Caldas bajan seguido”, dijo don Manuel Arbeláez, habitante de esta vereda.

“La muestra de que no nos sentimos ni de aquí ni de allá es que cuando alguien nos pregunta dónde vivimos nunca decimos en La Estrella, pero tampoco en Caldas, simplemente vivimos en La Tablaza y si alguien no sabe dónde queda esto, la fácil es decir que queda yendo para Caldas”, concluyó Marisol.


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