El ruido, un enemigo ‘silencioso’ que ataca a Itagüí


Alejandro Calle Cardona

Ciudad / octubre 30, 2019

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A la preocupación por la calidad del aire en el Valle de Aburrá se suma ahora la de la contaminación acústica. La industria, el comercio y la densidad de la población, hacen de Itagüí el municipio más afectado de la región.

Por: JULIANA VÁSQUEZ POSADA | OCTUBRE 30 DE 2019

El Área Metropolitana presentó recientemente los mapas actualizados de ruido ambiental para todo el Valle de Aburrá, así como el plan de acción para su prevención y control, cuya principal meta es reducir los niveles de contaminación acústica de la región y bajar el porcentaje de población urbana afectada por ruido, que hoy es del 9.1%, a un 7.7% en 2030.

“Este plan tiene un mapeo municipio por municipio, con el fin de focalizar las problemáticas y soluciones uno por uno. Además, ha sido articulado con el plan de cambio de variabilidad climático, el Plan Integral de Calidad del Aire y con toda la estrategia que venimos desarrollando de construcción sostenible”, afirmó el director del Área Metropolitana, Eugenio Prieto.

Estos mapas permiten definir el grado de ruido al que está expuesta una población al valorar el aporte de diferentes fuentes como el tráfico rodado, la industria, el sistema férreo y aeropuerto en jornadas diurnas y nocturnas.

El mapeo arrojó que más del 9% de la población urbana del Valle de Aburrá está expuesta a niveles de ruido superiores a 65 decibeles, que es el nivel de referencia que establece la Organización Mundial de la Salud. En el caso del Aburrá Sur, Sabaneta es el municipio mejor librado con solo un 1,4%, seguido de Envigado y La Estrella que tienen 3,8% y 4,9%, respectivamente. Caldas por su parte tiene al 9,4% de su población urbana expuesta, mientras que Itagüí reporta los índices más altos de todo el Valle con 16,3%.

ITAGÜÍ: EL MÁS BULLOSO

De los cinco municipios del Aburrá Sur, solo Itagüí y Sabaneta cuentan con una estación de monitoreo del ruido en tiempo real. La de Itagüí está ubicada en Ditaires y la de Sabaneta a unas tres cuadras del parque principal. Al revisar las mediciones de Itagüí para el periodo septiembre 2019, los niveles de presión sonora nocturna llegaron hasta las 85.8 decibeles cuando el estándar máximo permisible es de 55, mientras que en el día llegaron a 77.2 sobrepasando el estándar de 70.

¿Cuáles son las razones para que este municipio esté sufriendo hoy por este fenómeno? Itagüí es uno de los municipios más densamente poblados de Colombia y con una alta concentración de industria y comercio que innegablemente afectan la audición de sus ciudadanos en el espacio público.

A esta problemática de Itagüí se suma la de la movilidad y el tráfico continuo de vehículos pesados por la Autopista Sur, una vía de carácter nacional, “con un punto crítico altura de la calle 50, pero ya tenemos un acuerdo con el Ministerio de Transporte para empezar los estudios necesarios para desarrollar un intercambio vial allí, porque sabemos que hoy se está generando un gran impacto en la contaminación por ruido”, aseguró el secretario de Gobierno de Itagüí, Eduardo Ariza Triviño.

Ante esto, como medida para mitigar la contaminación por ruido, la alcaldía adelanta desde principios de este año una campaña de prevención en empresas que incluye capacitación y supervisión de las emisiones sonoras y acompañamiento a establecimientos de comercio, especialmente aquellos de los que se reciben quejas de la comunidad, para garantizar que “se mitigue el ruido mediante acciones como evitar que los artefactos emisores de sonido estén expuestos en el espacio público o en dirección a este. Además, les exigimos que los ubiquen hacia adentro y hacia el techo para reducir el impacto y que instalen aisladores de ruido”, agregó el Secretario.

CONSECUENCIAS PARA LA SALUD

¿Pero qué significa para la salud de las personas, la exposición a niveles excesivos de ruido? Melissa Tobón, fonoaudióloga especialista en audiología que trabaja con pacientes expuestos a ruido por la industria minera en Segovia, Antioquia, asegura que la pérdida de audición por el ruido de la sociedad es más común de lo que pensamos, “si bien la OMS aún no habla de la socio-acusia, hay estudios que demuestran que la exposición al ruido cotidiano en el transporte público, en las obras civiles y establecimientos como discotecas pueden generar pérdidas leves, moderadas, severas y hasta profundas de la audición”.

Padecer hipoacusia en cualquier grado puede afectar la calidad de vida de los ciudadanos pues, además de las consecuencias médicas, están las sociales: “muchos niños tienen problemas de lectoescritura asociados a la audición, pero también la comunicación y el relacionamiento social se dificulta cuando no puedes escuchar bien al otro, cuando no percibes claramente un pito de un vehículo en la vía o cuando empiezas a elevar la voz porque crees que los demás no te escuchan”, afirmó Tobón.

Lo preocupante de la pérdida de la audición por el ruido del ambiente, explicó la fonoaudióloga, es que “casi siempre es imperceptible y muchas veces no se da por los altos niveles del ruido, sino por la exposición constante y prolongada, aunque el ruido esté apenas por encima de los niveles aceptados o incluso dentro de estos”.

“En el día los decibeles son más altos por el tráfico vehicular, porque la gente está más activa en la calle. En algunos países como Suiza o Suecia los decibeles nocturnos estándar son de 35, pero en ciudades capitales y altamente pobladas los niveles establecidos suelen ser más altos y el ruido ambiente nocturno supera muchas veces al diurno”, agregó Tobón.

UN PROBLEMA DE TODOS

La contaminación acústica de las ciudades es un problema de todos, por eso, mientras los planes de acción y las estrategias de mitigación de los gobiernos, las industrias y la autoridad ambiental surten efecto, a los habitantes de Itagüí y los demás municipios les queda la tarea de detectar los síntomas de pérdidas auditivas por el ruido, como irritabilidad, fatiga, mareos, migrañas, pitos intermitentes en los oídos al llegar a casa o mientras se duerme, sensación de oído tapado o de escuchar los latidos del corazón en el oído.

Además, también hay buenos hábitos sonoros que pueden cuidar los oídos y prevenir afectaciones, “no usar copitos o pinzas o ganchos dentro de los oídos porque pueden perforar el tímpano, tampoco usar continuamente dispositivos con diadema de audio o auriculares de inserción, y ver televisión con un nivel de volumen aceptable, que en los televisores inteligentes es de aproximadamente 13 puntos”, afirmó la fonoaudióloga.

Se espera que estos mapas de ruido sirvan como herramienta para la planificación acertada de los municipios, y que los planes de infraestructura y espacio público y las estrategias para mejorar la calidad del aire vayan en sintonía con la problemática metropolitana de ruido, que merece tanta atención como las demás.

Mientras se llega a una solución, los habitantes siguen soportando a diario el ruido de los vehículos y sus pitos, el de los comerciantes y sus bafles anunciando ofertas, el de la industria y talleres e incluso el de los vecinos y sus fiestas con la música a todo volumen.


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