EDITORIAL 80: Que la libertad no nos arrebate la vida


Alejandro Calle Cardona

Ciudad / agosto 31, 2020

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Día 164 de aislamiento. Termina el confinamiento y el Gobierno Nacional autoriza la reapertura total de la actividad económica. Los alcaldes de Medellín y el sur del Valle de Aburrá deciden reactivar todos los sectores que durante más de cinco meses estuvieron total o parcialmente cerrados.

AGOSTO 31| 2020

La determinación tiene dos motivaciones: los graves efectos sociales provocados por el desempleo que supera el 25% y que por fin se logró cumplir la meta de cerca de mil camas de unidad de cuidados intensivos para la atención de los pacientes más críticos.

Como era de esperarse, los anuncios fueron bien aceptados por todos los sectores. Por los comerciantes y empresarios que ya no aguantaban una semana más de restricciones y por los habitantes que no soportaban más un fin de semana más de encierro. A tal punto que, aunque la “nueva normalidad” iniciaba el primero de septiembre, durante este último fin de semana de agosto en muchas casas regresaron las fiestas familiares y de amigos. ¡Increíble!

Aunque iniciamos una nueva etapa, sin confinamiento, debemos entender que la pandemia aún no ha terminado y el riesgo de contagio será mucho más grande. Entre más personas circulen y tengan contacto, más posibilidades de transmisión viral existen.

Antioquia llegó a una meseta en el número de contagiados y nuestra región aporta más del 70% de los casos de contagio del departamento. Aunque las cifras de casos positivos de coronavirus se estabilizaron y llegaron a lo que lo epidemiólogos denominan una meseta, el número de fallecimientos aumenta con el paso de los días. Es decir, la tasa de contagio no aumenta, pero la mortalidad sí.

Cerca de 1700 personas han fallecido en Antioquia y en los municipios del Aburrá Sur, hasta el cierre de esta edición la cifra es de 135. Itagüí tiene el mayor número con 62, Envigado 34, Caldas 16, La Estrella 15 y Sabaneta 8. Sin mencionar a Medellín, donde ya han fallecido 900 personas. “La batalla contra el Covid-19 no se ha ganado y falta mucho camino por recorrer”, dijo el gobernador encargado, Luis Fernando Suárez, quien además es epidemiólogo y estuvo hospitalizado por coronavirus.

Se espera que durante las tres primeras semanas de septiembre inicie el descenso en el contagio y aumente el número de pacientes recuperados que superan los 69 mil en el departamento, pero eso dependerá de cómo nos comportemos en esta “nueva normalidad”. Sabremos si tantas semanas de confinamiento y pedagogía, e incluso sanciones, sirvieron para ser más responsables con nuestras propias vidas, o por lo menos con nuestros bolsillos.

Al inicio del confinamiento, muchos insistían en negar la existencia del virus. Con el reporte de las primeras muertes llegaron a asegurar que se trataba de “falsos casos positivos”. Pero la realidad es otra. Hemos tenido la oportunidad de visitar los hospitales donde los profesionales de la salud luchan todos los días, día y noche, para evitar que el virus arrebate más vidas.

Las camas de unidades de cuidados intensivos permanecen ocupadas y en esa batalla varios médicos han perdido sus propias vidas. En los hospitales del Sur y San Rafael de Itagüí, aún lloran la partida de dos de sus compañeros. También hemos perdido vecinos, familiares, amigos, a don Mario el de la tienda, a don Lubín el de la panadería.

No pretendemos, ni mucho menos, generar terror. Pero debemos hacer un llamado a la responsabilidad y a la mesura. Hemos hecho muchos sacrificios como sociedad durante estos casi seis meses, hemos soportado el confinamiento más largo en el planeta para evitar que la cifra de muertos sea tan alta como en Ecuador, Perú, España, Italia, Brasil o Estados Unidos.

Debemos asumir esta nueva etapa con la confianza que la vida nos exige. Que la libertad no nos encierre ni mucho menos nos arrebate la vida ni la esperanza.

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