Para muchos caminar por la Avenida Oriental, los parques San Antonio o Bolívar o Botero, y mucho más sobre la Minorista o los bajos del metro entre las estaciones Parque Berrío y Prado, es una actividad de alto riesgo. La sensación de inseguridad, los malos olores, el aumento de los habitantes de calle, los robos y el consumo y venta de alucinógenos son algunas de las razones para que el Centro esté perdiendo su encanto.

El concejal liberal Farley Macías describió un retrato crítico del Centro: deterioro físico y la sensación de abandono que enfrentan sus habitantes con iluminación deficiente, fachadas deterioradas, acumulación de residuos y espacios sin control efectivo. “Las acciones institucionales son insuficientes y temporales. Hoy el Centro enfrenta tres plagas urgentes: violencia, deterioro social e inseguridad constante”, dijo.

La jornada estuvo marcada por la participación de la comunidad que pidió acciones claras en los próximos 30 meses para solucionar los problemas de esta zona.

Desde la Fundación Universitaria María Cano hicieron un llamado a recuperar los espacios públicos y “a garantizar condiciones mínimas de seguridad, especialmente para las mujeres, quienes conforman el 75% del estudiantado y manifiestan temor de caminar por el sector ante el riesgo de hurtos y violencia”.

Algunos líderes del sector manifestaron que el Centro es el reflejo de lo que pasa en todo Medellín con los niños, la prostitución, los habitantes de calle y la inseguridad. Aseguraron en que no basta con embellecer; la cultura no es una cosmética, es una agenda social por excelencia.

Por su parte, el concejal Alejandro Arias, quien fue víctima del robo de un celular en plena Plaza Botero, señaló que la Gerencia del Centro no puede quedarse en un articulador de acciones institucionales; sino que debe tener visión y planeación del territorio para proyectar el futuro de esta zona al año 2030.

“La Gerencia debe tener incidencia en temas como movilidad, el Plan de Ordenamiento Territorial, el desarrollo del Centro Metropolitano y un enfoque claro frente al equilibrio entre comercio formal e informal”, concluyó.

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