VIDEO: La triste realidad de su tráfico ilegal en el Valle de Aburrá


Alejandro Calle Cardona

Medellín / mayo 18, 2022

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Para que un ciudadano tenga un primate, primero debe matar a su madre o hacerle daño, así lo confirman las autoridades ambientales, las cuales han recibido este año 53 primates víctimas de tráfico ilegal de fauna silvestre en la región.

PUBLICADO 18 DE MAYO 2022

Alejar a un animal de la fauna silvestre de su hábitat natural se convierte en la posibilidad de que los animales pierdan por completo sus habilidades necesarias para la sobrevivencia en los ecosistemas, lo cual, en muchos casos, es producto de la muerte de cientos de ellos.

Esta situación, es una de las tantas que preocupa al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre – CAV del Área Metropolitana, donde solo este año han ingresado 53 primates, de los cuales 22 corresponden a monos titíes cabeciblanco, 11 a monos cariblanco, 6 a martejas y monos aulladores, 3 a monos capuchino y tití gris y por último y de a un solo caso, a  titíes pigmeo y tití panameño.

Así lo aseguró la bióloga Laura Oyola Ceballos, profesional del CAV, al indicar que, todos estos animales han ingresado producto del mismo tráfico ilegal de fauna silvestre en la región y, en su gran mayoría, son neonatos, situación por la cual se hace más complejo el proceso de rehabilitación de los animales y, es probable, que muchos de ellos ni siquiera  puedan recuperar su libertad en el futuro.

“Estos individuos nos representan un reto muy grande, y al ser animales tan dependientes de sus madres, el manejo y crianza se hace muy difícil. Nosotros hacemos nuestro mayor esfuerzo, sin embargo, siendo animales gregarios, es decir, que viven en comunidad, se afecta aún más la situación, ya que la conformación grupal se hace compleja y a la vez, por la misma interacción con los ciudadanos, sus comportamientos y habilidades no serían las mismas”, indicó la bióloga del centro de atención”, explicó la bióloga.

De igual forma, la profesional aseguró que el hecho de apartar a un animal de su hábitat natural hace que sufran cambios en su comportamiento, situación que afecta no solo los procesos de recuperación y readaptación. 

El Área Metropolitana advirtió que la compra de animales en las carreteras, su adquisición por medio de regalos o, simplemente, por atracción de los ciudadanos, es entre otras, algunas de las modalidades que sigue incrementando el tráfico ilegal de fauna silvestre en el Valle de Aburra.

“Qué bueno sería que los ciudadanos entendieran que ni siquiera por lástima, tristeza o porque les conmueva el corazón, se deben poner en cautiverio a un animal de la fauna”, dijo Laura Oyola Ceballos.

Cabe recordar que el tráfico de fauna es un delito en Colombia, el cual podría incurrir en una pena de hasta 60 y 135 meses de cárcel y en una sanción económica entre los 300 y hasta 40.000 salarios mínimos legales vigentes.