Hay muchas formas de ser mujeres: las hay afrodescendientes, indígenas, blancas, mestizas, altas, medianas y bajas. Amas de casa, desplazadas, heterosexuales, lesbianas y en el ejercicio de la prostitución. También están aquellas que defienden la convicción de que no hay un universal de mujer: no existe la mujer, existen las mujeres. Cada una es distinta, tiene una historia, y eso las hace diferentes.

Diana Sofía, Kim y Daniela son mujeres y les gusta ser tratadas como tal. No quieren etiquetas y tampoco sentirse obligadas a encajar en una. Hablamos con ellas sobre sus vidas y sobre cómo perciben la fecha del 8 de marzo. ¿Se identifican o no con este día? Esto fue lo que nos contaron.

KIM ZULUAGA

Tenía 15 años pero sentía que no podía esperar más. Salió de su casa, compró ropa, maquillaje y unas extensiones. Estuvo organizándose en casa de una amiga y al día siguiente regresó: “en mi familia, todos me miraron impactados”, dice. Así empezó el cambio de Bryan a Kim.

Kim Zuluaga es recordada por algunos cuando el año pasado la Corte Constitucional falló una tutela a su favor para que pudiera asistir al colegio vestida con el yomber (uniforme femenino). Sin embargo, la joven se retiró de la institución y ahora valida para terminar su bachillerato. “No me sentía cómoda en ese colegio, noté más resistencias ante mi cambio por los directivos, que por mis compañeros”, cuenta.

Pero este no ha sido el único espacio en el que Kim se ha sentido incómoda, también le pasa en los baños públicos de centros comerciales, en donde los vigilantes han intentado sacarla del baño de mujeres, o en los hospitales en donde todavía le dicen él, en vez de ella.

Aún así, cree en el destino, en que las cosas pasan por algo y que ella es como tenía que ser. Le gusta estar en compañía de su familia y de su perro Abadón. Es sensible ante los problemas de sus amigas y valora la amistad que ha construido con ellas.

Hace 5 años pertenece a El Mariposario (MRP), un grupo de amigas trans que se reúnen para compartir y mantenerse pendientes de las necesidades de cada una. Ante la pregunta de por qué mariposario, respondió: “en un grupo del colegio nos conocimos algunas mujeres trans. Un día un profesor fue a rectoría diciendo: ‘me tocó un grupo lleno de homosexuales, muchas mariposas’. Ese profesor nos ayudó con el nombre”.

DIANA SOFÍA RESTREPO ROJAS

Cuando Diana Sofía atiende pacientes en la Clínica León XIII de Medellín, ya no siente temor a que ellos perciban en su voz un tono masculino. Diana es estudiante de enfermería de la Universidad de Antioquia y es la primera transgenerista de su Facultad a punto de graduarse. Para ella la educación es un tesoro y esto se convierte en un gran logro para su vida.

DANIELA GARCÍA

Todavía conserva su libreta militar. Cuando Daniela prestó servicio en el año 1999 se sintió afortunada por estar en un espacio que solo había sido destinado para hombres : “la guardo como alguien guarda una medalla”, dice refieriéndose a su libreta.

Para ese entonces, vestida como soldado, nunca dejó de sentirse mujer. Considera un gran logro haber pertenecido al ejército, pese a que manifiesta que no fue fácil : “me despertaba cada mañana, miraba al cielo y lloraba, sabía que era un día nuevo, lleno de burlas y comentarios que tenía que enfrentar”.

Es politóloga de la Universidad Nacional sede Medellín y actualmente trabaja como coordinadora zonal de la caracterización de la población LGBTI de la ciudad; también hace parte de Antioquiatrans, un grupo que acompaña y orienta a compañeras trans sobre la situación de sus derechos.

Por: Rosa María Pérez Rivas

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