Pronto seremos diez


Alejandro Calle Cardona

Opinión / julio 9, 2016

COMPARTIR


No hay razón alguna para que Envigado siga por fuera del Área Metropolitana. El Municipio, la Entidad, la Gobernación de Antioquia, la Asamblea Departamental, el Concejo Municipal y alcaldes de los municipios vecinos, coinciden en que el desarrollo integral del Valle de Aburrá depende del trabajo articulado de todas las localidades que lo componen, pero también de recursos económicos.

 

¿Pero en que beneficia a Envigado hacer parte del Área Metropolitana? Desde su creación y especialmente en los últimos años, la entidad ha sido clave en la modernización de la infraestructura vial, educativa y cultura de los nueve municipios que la integran, pero también en la implementación de estrategias y programas para la protección del medio ambiente, aunque hay deudas pendientes y cosas por corregir.

Por décadas se ha creído en el mito que Envigado es un Municipio autosuficiente y que no necesita de ningún apoyo para lograr ser un territorio modelo. Y si bien sus pobladores gozan de la mejor calidad de vida en el país, el no depender de nadie es simplemente eso, un mito.

Basta ver lo ocurrido hace dos años cuando se inició el proceso de cobro de valorización para emprender las obras viales que requiere y evitar así que el caos vehicular se convirtiera en un problema aún mayor. La imposibilidad de acceder a recursos de entidades como el Área Metropolitana, obligó en parte a que la anterior administración tomara la impopular decisión de ejecutar el polémico cobro de valorización.

Ahora Envigado busca integrarse con los demás municipios vecinos para encontrar y diseñar soluciones a las problemáticas que los aquejan en común tales como la seguridad, la protección del medio ambiente, la economía y la movilidad.

Y es precisamente en este último punto donde se plantea la mayor necesidad. Nos es gratuito que en las encuestas que se realizan en la ciudad, la calidad de vida, según los ciudadanos, depende en gran parte de la facilidad para trasladarse de un lugar a otro, la calidad del transporte pública y el tiempo que permanezcan en las vías.

El sur del Valle de Aburrá ha aumentado su población y por ende, aunque no es el ideal, el número de vehículos, al punto que las ampliaciones, nuevas vías e intercambios resultan insuficientes y el caos se apodera de la subregión. Además de acelerar la construcción de Metroplús, nuestros municipios necesitan grandes obras para desembotellar la movilidad, entre las que se encuentran los intercambios de la Glorieta Pilsen en Itagüí, el de La Mayorista-Ayurá, así como el de La Frontera, la continuidad de la Vía Distribuidora entre Ayurá y Mayorca, la ampliación del puente Simón Bolívar que conecta Envigado con Itagüí, y el subnivel en el puente Fundadores de Envigado.

Pero ningún municipio tendría la capacidad de afrontar estas obras sin el apoyo financiero de entidades como el Gobierno Nacional y en nuestro caso, del Área Metropolitana, la cual hace una redistribución de los recursos aportados por todos los Municipios. Y aunque Medellín es el que más aporta, también es el que menos recibe, mientras a los restantes se les retribuye en promedio tres pesos por cada uno aportado.

Envigado proyecta una redistribución de al menos 100 millones de pesos para desarrollar varias obras, recursos que se sumarían a los recibidos por los municipios vecinos. Sin duda alguna sería un empujón financiero para mejorar aún más la calidad de vida de todos los que habitan Envigado, pero también de la región.

En palabras del propio alcalde Raúl Cardona, Envigado debe dejar se creer que puede solo y que no necesita de nadie. Pero más que un asunto semántico, es la oportunidad para que Envigado se beneficie del desarrollo de la región y este a su vez, enseñe a los demás municipios cómo alcanzar los niveles de vida que tienen sus habitantes. Por ello, los envigadeños tendrán el reto el próximo 10 de julio de decir SÍ, seremos diez.