Nos estamos ahogando


Alejandro Calle Cardona

Medio Ambiente / febrero 5, 2017

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Ya es costumbre, casi diaria, no lograr divisar el horizonte ni ver las montañas en el sur del Valle de Aburrá en horas de la mañana o al mediodía. Sus pobladores parecen habitar en medio de una nube de esmog, producto de las fuentes móviles de combustión como volquetas, buses, tractocamiones, pero también de las construcciones y algunas fábricas indiferentes con la contingencia ambiental. PUBLICADO FEBRERO 2017

Los problemas de contaminación del aire pasaron de ser un asunto ambiental a un problema de salud pública. El 9.2% de las muertes en el Valle de Aburrá pueden atribuirse a la contaminación del aire, según explicó recientemente el Área Metropolitana basado en un informe de la Organización Mundial de Salud.

El aire de mala calidad agrava los problemas de asma, reduce la función pulmonar, favorece las enfermedades respiratorias y en ocasiones hasta puede afectar el tamaño del feto en las mujeres embarazadas. Tanto es así que algunas de las primeras recomendaciones cuando se tuvo la primera contingencia ambiental fue usar tapabocas y no hacer deporte al aire libre en las primeras horas del día.

Pese a que en ese momento se restringió por algunos días el uso de vehículos y el tránsito de volquetas, un año después la calidad del aire no mejorar de manera definitiva y se teme que en los próximos días se viva una nueva emergencia ambiental. Así lo indican las estaciones de medición ubicadas a lo largo del territorio, especialmente la ubicada en el municipio de La Estrella, que marca regularmente una alerta naranja.

El pasado 25 de enero la junta metropolitana aprobó el protocolo para mitigar una posible nueva emergencia ambiental, teniendo en cuenta que los meses más críticos son febrero, marzo, octubre y noviembre. Las medidas van desde la ampliación del pico y placa a seis dígitos, así como para motos de dos y cuatro tiempos.

En alerta naranja las medidas son preventivas, en especial para los horarios y zonas de deporte. En alerta roja fase 1 aumenta el pico y placa a seis dígitos, aplica para motos cuatro tiempos y dos tiempos y aumentan los controles a volquetas. En alerta roja fase 2, el pico y placa también es para 6 dígitos, pero el horario se extiende durante todo el día. Y si continúa la contaminación, se declara emergencia y la prohibición es permanente para vehículos y motos.

 

Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana, reconoció que el Valle de Aburrá atraviesa nuevas amenazas de emergencia ambiental pero indicó que en el inicio de 2017 las lluvias de los últimos días han influido en la disminución de los contaminantes.

¿Medidas suficientes?

Hoy los mayores niveles de contaminación están en La Estrella, sin embargo allí no se activa el protocolo porque es una zona que según la autoridad ambiental y Juan Gregorio Hernández, Secretario de Planeación no es residencial sino vehicular. “En esta zona tenemos el paso continuo de transporte público y tractocamiones. En Sabaneta hay un parqueadero de carga pesada que genera mucha contaminación cuando se encienden los vehículos”, explicó.

Según el periodista y columnista Ramiro Velásquez, en Medellín se matricularon durante 2016, 17.816 vehículos, mientras que en Envigado fueron 11.790 y en Sabaneta 5.424. Todos juntos, hacen una fila de 148 kilómetros. En el Valle de Aburrá hay un vehpiculo por cada tres habitantes, por ello, como las estaciones de medición ubicadas en centros vehiculares son las de mayor nivel de contaminación, la posibilidad de peajes urbanos sigue vigente.

Pero en el sur del Valle de Aburrá, el aumento de número de vehículos se debe a otro fenómeno que no parece tener control, pese a los anuncios hechos por los mandatarios: el desbordado crecimiento urbanístico. La construcción sobrepasó la capacidad de municipios como Sabaneta, puso en aprietos a Envigado y está amenazando la estabilidad medio ambiental de Itagüí, La Estrella y Caldas.

Las autoridades ambientales y gubernamentales recomiendan tener precaución a la hora de hacer deporte, a utilizar el sistema de transporte masivo o público, pese a que el primero en horas picos desborda su capacidad y en el segundo, algunos vehículos son chimeneas andantes, tal y como es denunciado por la ciudadanía en redes sociales.

El alcalde de Medellín Federico Gutiérrez anunció que  en 2019 el 60% de los buses funcionarán con combustibles limpios y el Área Metropolitana reiteró una vez más su solicitud al Gobierno Nacional para que a la ciudad llegue un Diesel más limpio, puesto que el actual contiene gran cantidad de partículas contaminantes.

Ante esta grave problemática que parece no tener fin, María del Pilar Restrepo, subdirectora de esta Entidad ambiental, explicó que se necesita precisar las consecuencias para la salud por cuenta de la mala calidad del Aire, por lo que se inició un estudio con la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, pero los resultados se conocerán terminando este año y las medidas definitivas se determinarán solo en 2018.

Maria Camila Carvajal- Alejandro Calle Cardona

periodicociudadsur@gmail.com