Ni un falso positivo acaba con el sueño de Envigado Lector
Aunque la Policía Metropolitana acusó en enero a Jaime Bedoya de ser un falsificador de libros, la fiscalía archivó su proceso. Tras las excusas del comandante de la Institución, el fundador de Envigado Lector espera continuar promoviendo la lectura en su municipio.
A su librería ubicada en la calle guanteros de Envigado, Jaime Bedoya llega a diario a las 10 de la mañana, y como desde hace 15 años, acomoda en el poco espacio que queda los libros que recupera de chatarrerías o compra a recicladores y a quienes ya el texto no es de utilidad. El amor por los libros asegura surgió gracias a su hermano mayor.
Cuando era niño, el encargado de limpiar la biblioteca de quien se convertiría en su referente. De reojo, al pasar el trapo para remover el polvo, leía los títulos, sus autores. Olía sus páginas. Tal vez ese olor a papel y el contacto a diario con la literatura lo llevaron a destacarse en clase, especialmente en español.
Pasaron los años y el cariño por los textos no desapareció. Jaime recogió junto a sus hijos los libros de su biblioteca familiar y otros que le regalaron algunos amigos y vecinos; los tomó y en un pequeño rincón de la plaza de mercado de Envigado montó una pequeña librería. A partir de allí, los compradores de frutas y verduras se topan con las letras de Cervantes, Gabo y Saramago.
“Fue muy bonito, pero muy graciosos. La gente iba a buscar papás, naranjas, carne, pero se encontraba también con libros y revistas”, recuerda entre risas. Desde ese momento Jaime no paró de recoger, cambiar, comprar todo libro que pudiera servirle a cualquiera y aunque confiesa que no es un lector compulsivo, asegura que el intercambio, así como la compra y ventas de libro llegó hasta el punto de tener 40 mil libros.
“Mi familia dice que estoy enfermo, que soy un acumulador, pero a mí lo que me da tristeza es ver que los libros los estén botando a la basura. No podemos permitir eso”. Por eso Envigado Lector, la fundación que creó para promover la lectura en su municipio ya cuenta con cuatro puntos donde la gente, incluso, le puede poner el precio al libro que tome.
Pero su vida cambió el pasado 16 de enero, tras un operativo de la policía, la cual lo acusó de ser uno de los mayores falsificadores de libros del área metropolitana. Pasadas las 10 de la mañana de ese viernes, llegaron varios vehículos a uno de los locales, se bajaron varios hombres la policía, esculcaron y revisaron algunos libros. “Luego de unos minutos, uno de ellos tomó algunos textos y dijo que quedaba por detenido por falsificador. Se llevaron unos 50 libros, no fueron más”, recuerda.
Tras ser reseñado y unas cuantas horas en la inspección de Policía de Envigado, Jaime, o alias el Quijote, como fue señalado, fue dejado en Libertad. Según el boletín de la Policía Metropolitana le habían sido decomisado más de mil libros falsificados, sin embargo la Fiscalía archivó su proceso al no encontrar pruebas suficientes. Incluso el general Gerardo Acevedo Ossa, comandante de la Institución, reconoció el error y le ofreció disculpas públicas.
Pese ello asegura que no demandará al Estado y seguirá luchando por promover la lectura en su municipio y el departamento. Entre versiones antiguas y nuevas del Quijote de la Mancha, y sentado junto a una réplica de madera tallada del mítico caballero de la Mancha, Jaime asegura que tal vez en ningún libro se relate una historia similar a la que vivió.
Alejandro Calle Cardona