Las patentes con las que EPM protege los inventos y a los inventores


Alejandro Calle Cardona

Medellín / junio 13, 2023

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Además de garantizar que el agua potable o la energía lleguen hasta su casa, EPM, en conjunto con universidades y empresas privadas, realiza proyectos de investigación e innovación que terminan en inventos.

PUBLICADO 13 JUNIO 2023

Cuenta la historia que las primeras huellas de una patente se ubican en la Grecia antigua, en las cocinas de ese entonces. Allí, una ley le otorgaba al autor de una receta exclusiva el derecho de ser el único que podía cocinarla durante un año.

Otras reseñas señalan que la primera patente conocida fue atribuida a John Utyman, que en el siglo XV patentó en lo que hoy es el Reino Unido un proceso de fabricación de cristal usado por los vidrieros venecianos. Luego de la Revolución Industrial el tema se volvió una disputa de poderes, un campo del derecho y una carrera frenética para que los inventos no sean copiados ni usufructuados por otros. Así ocurre hasta la actualidad.

Jairo Navales Cardona es profesional de Desarrollo e Innovación de EPM y explica qué es una patente y por qué es importante para una empresa de servicios públicos:

“Una patente es un documento legal de permiso de explotación monopólica o de comercialización del resultado de una investigación y es avalada por una oficina de patentes que, para el caso de Colombia, es la Superintendencia de Industria y Comercio. Tienen una vigencia de 20 años y son muy importantes porque sirven para proteger proyectos de investigación e innovación que emprende la empresa”.

EPM tiene ocho investigaciones que terminaron en patentes. La primera fue en 2009. Para Navales una de las más icónicas es quizás el desarrollo logrado –luego de diez años de investigación en conjunto con la Universidad de Antioquia, Andercol y Sumicol– de paneles solares flexibles con un mineral conocido como perovskita.

“Son celdas solares nuevas en todo el mundo y tienen varias ventajas como su flexibilidad: no necesitan un soporte para ser instaladas en los techos y se pueden enrollar. Además son fácilmente transportables, se pueden adherir a vidrios, a superficies como ventanas o a dispositivos más pequeños que puedan ser transportables como morrales, mochilas y chaquetas”, cuenta el funcionario.

Los científicos inventores de la patente fueron Daniel Estiben Ramirez, Juan Felipe Montoya y Franklin Jaramillo Isaza, integrantes del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo de Materiales de la Facultad de Ingeniería de la UdeA. EPM y las otras empresas vinculadas a la investigación tienen la propiedad intelectual del desarrollo.

El resultado del diseño de celdas con perovskita, más delgados que los paneles tradicionales, fue patentado en Estados Unidos, en 2021, con protección de desarrollo tecnológico.

Trabajo en equipo

Para lograr resultados como estos, cuenta Navales, es clave ese trabajo conjunto con grupos de investigación de universidades y con empresas privadas que se especializan en desarrollar productos para determinadas industrias.

“En EPM no contamos con todos los recursos para desarrollar proyectos de investigación que finalmente resulten en una patente. Las universidades aportan recurso humano (investigadores, profesores, laboratorios especializados) y EPM o las otras entidades aportan recurso en efectivo y en muchos casos también recurso humano”.

Por eso, las patentes son compartidas: un porcentaje le pertenece a EPM y el resto a las otras entidades involucradas en un trabajo en equipo que promueve el desarrollo tecnológico y la innovación.