Itagüí camina a ser una ciudad diversa
Paulina tenía 15 años cuando se declaró abiertamente transexual, pero desde siempre se sintió mujer. Ella dice ser afortunada, pues contrario a lo que le ocurrió a muchas de sus amigas trans, su decisión fue aceptada y recibida con amor desde el principio, “fue un proceso muy bonito, yo siempre fui muy afeminada y por eso para nadie en mi familia fue una sorpresa”.
Y lo mismo le pasó en el colegio y en el barrio San Isidro de Itagüí, donde nació y continúa viviendo, pues su condición de líder innata, especialmente en temas culturales y artísticos, se convirtió en su mejor herramienta para ganarse el respeto de todos.
Como Paulina, casi 700 personas declaradas abiertamente lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales, y todas aquellas no declaradas, celebran desde ya que en menos de un mes Itagüí podría tener oficialmente y por primera vez una política pública para “la protección y garantía de los derechos para la población con orientaciones sexuales, identidades de género y expresiones de género diversas”.
Y conseguirlo no ha sido una tarea fácil. La creación del documento comenzó hace dos años con la caracterización de la población LGBTI y la identificación de sus necesidades. En el proceso han participado la Administración Municipal, las organizaciones de esta comunidad y una abogada experta en Derecho Internacional Humanitario.
“Nunca nos habíamos sentido tan respetados y tan tenidos en cuenta como en esta administración. Esta política pública representa una puerta que se abre a la igualdad, el respeto y tolerancia para nuestra comunidad y significa también que como comunidad empezamos a existir para el Estado”, asegura Paulina, quien también participa de la Mesa Municipal de Diversidad Sexual que ha sido clave en el proceso.
GARANTÍA DE DERECHOS
La política pública tendrá una vigencia inicial de 10 años y una ruta de trabajo con cinco ejes transversales: el fortalecimiento de capacidades y acciones pedagógicas para funcionarios de la Administración; la promoción de la inclusión social; la sensibilización y empoderamiento de la comunidad LGTBI; el trabajo interinstitucional y el fortalecimiento de organizaciones sociales.
“El gran reto es fortalecer nuestras capacidades como entidad pública para promover, en un trabajo conjunto con las diferentes organizaciones LGBTI, la garantía y el respeto de sus derechos, y motivar su participación en todos los escenarios locales”, señaló Mayra Alejandra Álvarez, subsecretaria de Equidad de Género de Itagüí.
Recientemente la Alcaldía acompañó a varias mujeres transgénero en su proceso de cambio de nombre ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, para obtener una nueva cédula, una gran victoria en medio de la larga lucha que libran por el derecho a su identidad, “a ser reconocidas como mujeres, porque así se sienten y los son”, agregó la funcionaria.
Ahora el reto no solo será para la Administración Municipal, pues la divulgación y puesta en marcha de la política pública también representa un llamado social a los itagüiseños y una invitación a respetar, valorar y dignificar a quienes orientaciones sexuales y expresiones de género diversas.
“Esto es apenas el primer paso”, asegura Jadinson Bustamente, integrante de la población LGBTI y concejal del municipio, pues “aunque ya estamos recibiendo el trato que merecemos desde lo público y es la primera vez que se da un proceso tan interesante, tenemos que empoderarnos más y participar de los diferentes escenarios para visibilizarnos. Nosotros mismos necesitamos creernos el cuento de que sí podemos liderar una transformación social desde todos los sectores públicos y privados”.