Desde el momento que se propuso recuperar el Ferrocarril de Antioquia, los habitantes de varios barrios de La Estrella y Caldas que crecieron invadiendo los terrenos aledaños al trayecto del viejo tren, entraron en pánico y temieron lo peor.

POR JULIANA VÁSQUEZ POSADA

La primera gerencia del proyecto cuestionó a los municipios que no cuidaron los terrenos y permitieron que decenas de familias construyeran sus viviendas a escasos metros de la línea férrea. Incluso, le pidió al Gobierno Nacional adelantar acciones legales contra dichas administraciones y adelantar los desalojos para avanzar el proyecto ferroviario.

“El Estado descuidó un bien de la Nación y lo tendrá que recuperar, se tendrá que negociar con aquellas familias que llevan muchos años viviendo allí para lograr una reubicación”, había dicho a comienzos de año Guillermo Alzate, gerente de la sociedad promotora del Ferrocarril.

Bellavista, Nueva Esperanza, El Pombal, La Raya, La Locería y la línea que conduce hacia Amagá, son los sectores donde la línea férrea fue invadida por centenares de personas desde que el viejo ferrocarril apagó sus motores en 1987. Allí sus habitantes como Gustavo Jiménez sueñan con que el sonido del tren vuelva invadir sus oídos tal y como lo hizo durante su juventud en El Pombal. “Queremos que vuelva pero que no nos arrebaté las casas ni el barrio”, advirtió.

Tal parece que ese temor es cuestión olvidada luego de que se diera a conocer la viabilidad del trazado en el que el ferrocarril pasará por la orilla del río Medellín para tener un recorrido más lineal y evadir los costos que incurriría trasladar a las familias.

“Nos alegra no tener que hacer el desplazamiento de tantas familias y eso nos genera mucha tranquilidad. No tenemos un censo establecido pero los asentamientos ilegales son constantes, cuidar el ferrocarril desde el abandono ha sido imposible para las administraciones anteriores y aunque  nosotros tratamos de hacer un control es difícil”, explicó el alcalde Carlos Durán, quien desde que se inició el proyecto solicitó que el tren pasara cerca al río.

En Itagüí será subterráneo

También se conoció la velocidad promedia con la cual el nuevo tren multipropósitos recorrerá el Valle de Aburrá. El estudio arrojó que en el tramo entre Caldas y Barbosa el ferrocarril viajará a unos cien kilómetros por hora gracias al suelo plano, aunque Itagüí y Caldas la marcha será máximo a unos 80 kilómetros por hora debido a la pendiente de 28,8 grados de inclinación.

Sin embargo para disminuir la pendiente en sector, los técnicos del proyecto propusieron un viaducto subterráneo de 2.500 metros y así evitar el paso por el barrio Santa Cruz, el cual también creció de manera irregular cerca de la línea del metro y la estación Itagüí. “Ese es el trazado más difícil y complejo y es en el que más estamos trabajando”, dijo el Gerente de la Sociedad Promotora del Ferrocarril a ADN.

El trazado definitivo se espera conocer en el primer trimestre del próximo año para iniciar con el proceso de licitación y posterior construcción del sistema que tendrá un costo de 1,8 billones de pesos y que permitirá que transportes de pasajeros, carga y residuos sólidos en las noches.