En Itagüí hay una Montaña que Piensa: el lugar donde el teatro y la cultura viven
Para llegar allí hay que transitar por una de las zonas que ha sufrido los embates de la violencia y del abandono estatal, pero a medida que la distancia se acorta, las casas van desapareciendo para darle paso a las peñas arqueológicas que le dan la bienvenida a La Montaña que Piensa.
Entre zancos, malabares, arcilla y teatro, se encuentran decenas de jóvenes del sector, de Itagüí y del Valle de Aburrá, para dar rienda suelta al sueño de ser artistas o por lo menos para jugar a serlo. En los cinco años de vida del proyecto por allí han pasado decenas de menores en busca de una oportunidad de distracción, de cultura, de vida. Sí, de vida, porque algunos hicieron parte de los combos delincuenciales del municipio pero que poco a poco se dejaron seducir por las artes escénicas.
Pero para ingresar debes pagar. Una basura que recojas en la ruta hacia de la Montaña, es la única boleta de entrada a vivir un momento mágico en el teatro creado en medio de la naturaleza. Para llegar allí usted tan solo tendrá que dirigirse hasta el centro del municipio, frente a la estación de gasolina de Carrefour se puede tomar un “chivero” que vaya hacia El Pedregal. Éste los llevará por solo 1.100 pesos hasta el tanque de EPM y allí caminan 300 metros en medio de la naturaleza.
Entre los aprendices artistas, aparece un hombre alto, de tez blanca y una frondosa barba roja; se trata de Gustavo Campos, director de La Corporación La Tartana, creadora del proyecto, quien confiesa ser un enamorado del arte y del impacto social que puede tener este en los niños y jóvenes.
La magia que allí se vive ha hecho que por lo menos lo hayan visitado 20.000 personas de la comunidad y representantes de diferentes organizaciones, universidades, corporaciones y entidades estatales de orden regional, quienes atraídos por esta iniciativa, crearon lazos y convenios de trabajo para así replicar la Montaña que Piensa por varias zonas del Valle de Aburrá.
Artistas de todas las regiones de Colombia y de más de 20 países han conocido la Montaña. Desde Suramérica y Europa han llegado diferentes agrupaciones para hacer intercambios culturales y presentar sus obras de manera gratuita a personas que por su condición socioeconómica, difícilmente hubieran ingresado a una obra de teatro.
“Nunca pensamos que lograríamos esto, pero nos llena de satisfacción”, asegura Campos. Tal es el impacto que ha logrado La Montaña que recientemente el Ministerio de Cultura la incluyó en su programa de salas concertadas, lo que permitirá que en este recinto se mantenga una programación constante de forma gratuita para el disfrute de la comunidad.
Aunque esto ya era ofrecido desde sus inicios y niños y adultos ingresan gratuitamente, el apoyo del Ministerio permitirá ampliar la programación y beneficiar e impactar más población itagüiseña.