El Salado, un pequeño refugio natural
El agua fría no espanta a la pequeña Estenafy. Solo espera que su papá le del sí con la mirada y sin pensarlo ingresa su cuerpo a la quebrada La Ayurá, la misma que atraviesa a Envigado de oriente a occidente y es el eje del parque ecológico El Salado.
En el Siglo XVIII los pobladores asentados cerca de La Ayurá llegaban para lavar la ropa en sus aguas, mientras que en el S. XX el afluente se convirtió poco a poco en la zona más visitada y preferida para los paseos familiares. Llegaron los fogones en leña, los sancochos y el paseo a los charcos.
En la década de 1990 varios líderes sociales y dirigentes políticos impulsaron la creación del parque ecológico, por lo que la alcaldía de esa época comenzó a comprar varios predios que le dieron vida el 2 de noviembre de 2006 a las 17 hectáreas que hoy componen este pequeño refugio natural.
La quebrada, los charcos, una gran variedad de flores, zonas verdes, decenas de especies de aves se combinaban con los juegos de aventura como el canoping y los tradicionales sancochos en leña, aunque de manera controlada para evitar incendios forestales.
El parque que era administrado por la Alcaldía de Envigado desde año pasó a Comfenalco. De inmediato algunos sectores del municipio cuestionaron la decisión temiendo la privatización y el incremento de las tarifas. “Eso temores solo fueron eso, porque las tarifas siguen siendo bajas y ahora tenemos más oferta cultural y recreativa”, explicó su gerente Jorge Mario Cadavid.
Estefany y su familia son asiduos visitantes del parque, al que incluso ha llegado a recibir a 2.800 personas un solo día. Al Parque Ecológico no solo van los paseadores, a diario decenas de personas lo visitan grupos de caminantes, lectores que encuentran allí el mejor lugar para devorar libros, avistadores de aves y estudiantes de todos los colegios.
En este refugio natural, que hace parte del corredor ambiental del Aburrá Sur, también habitan y es tránsito de centenares de aves, insectos y monos titis.