Kannábico objetor: el legado de un defensor por los derechos del consumo libre en Medellín

La vida de Kannábico era sinónimo de alegrías y luchas. Colectivos y líderes de derechos humanos recuerdan a quien siempre defendió la legación del cannabis en Colombia y el consumo responsable. Hoy lamentan su muerte y defienden su legado.


Ciudad Sur

Cultura / diciembre 5, 2025

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Hablar de la legalización de la marihuana en Colombia no ha sido fácil, por eso esa lucha tuvo, durante años, el rostro y la voz de un activista incansable por el respeto, la dignidad y la defensa de género.

Ese fue Jeison Hader González Marulanda, a quienes todos conocían como Kannábico Objetor, un reconocido defensor del consumo libre y responsable de cannabis, quien falleció recientemente en territorio antioqueño. Su muerte ha generado consternación en quienes lo recuerdan con cariño.

Uno de ellos es Jacques León Bracamonte, otro activista en Medellín, quien aseguró que la vida de Kannábico fue sinónimo de lucha y compromisos. Bracamonte relata que este no solo fue un líder social: “fue un puente entre luchas, un aliado constante en las batallas por la dignidad, la libertad individual y la transformación social”.

Agrega que Jeison fue uno de los rostros más visibles del activismo cannábico en Antioquia y un convencido de que ninguna persona debía ser perseguida por decidir, de manera libre e informada, consumir esta planta.

En su momento, Objetor promovió de forma insistente un cultivo sano, regulado y alejado de dinámicas criminales, como base para una política de drogas más humana.

Su voz crítica lo llevó a ir más allá del cannabis. En el mundo social también se le recuerda por alertar sobre posibles vínculos entre funcionarios públicos y estructuras criminales, entre ellas la llamada Oficina. Además, fue otro más que cuestionó la administración del exalcalde Daniel Quintero en Medellín.

Quienes lo conocieron lo describen como un hombre fiel a la dignidad humana, al respeto por el otro y al servicio comunitario. Su crítica, firme y persistente, estuvo siempre acompañada de una profunda convicción por transformar el país desde la base social.

Los colectivos cannábicos aseguran que su muerte, sin duda, deja un profundo legado, una huella que seguirá marcando las discusiones sobre legalización, regulación y libertades individuales en Colombia.

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